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domingo, 1 de julio de 2012

El copago sanitario puede poner en riesgo la adherencia a los tratamientos



El copago farmacéutico ha arrancado hoy en la mayoría de las CCAA (algunas lo retrasan su implantación hasta el mes que viene).  Hasta el momento la Sanidad española se había caracterizado por un nivel muy elevado de cobertura y aunque los ciudadanos lo han valorado como una conquista irrenunciable, en el momento de crisis económica actual ha llegado el momento de pasar por caja. Es decir, los usuarios, en algunos casos exentos de abonar los fármacos en la oficina, como ha ocurrido con los pensionistas, van a tener que pagar desde el 1 de julio parte de su tratamiento. Este colectivo dice adiós a la gratuidad y deberá abonar el 10% del precio de los medicamentos. 
El resto de usuarios del Sistema Nacional de Salud  tendremos un código identificativo que revelará el coste proporcional que abonaremos en la farmacia. Para ello es  necesario que el ministerio de Sanidad, que dirige Ana Mato,  transfiera los datos fiscales a las consejerías de Sanidad. 
Siguiendo con las cifras, según el estudio ('Proyección y consecuencias del RDL 16/2012'), la implantación del copago revertirá en un ahorro de entre 500 y 600 millones para el Estado. Eso sí, el informe estima que los españoles pagarán 551 millones más al año y las farmacias dejarán de ingresar cerca de 200, http://www.laverdad.es/albacete/v/20120624/cultura/dudas-asaltan-copago-20120624.html.
Y por si todo esto fuera poco, el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad ha propuesto ya una lista de 456 medicamentos susceptibles de ser excluidos de la financiación pública. Los fármacos son: exceso de secreción gástrica (compuestos de aluminio); estreñimiento (laxantes y antagonistas de opiáceos); antidiarreicos (preparados con carbón antipropulsivos, migraña y alcaloides del Ergot); deterioro cognitivo asociado a la edad (vasodiladatores periféricos o piracetam); hemorroides (corticoides); varices (bioflavonoides); dermatitis del pañal (miconazol); psoriasis (extracto de calaguala); virosis tópicas o superficiales (idoxuridina, tromantadina, aciclovir, etc.); tratamientos tópicos de inflamaciones de origen traumático (antiflamatorios no esteroideos tópicos); ansiedad leve (passiflora y crateabus, oxitriptan); vías respiratorias y tos (mucolíticos y alcaloides de opio); sequedad ocular (lágrimas artificiales); inflamación reumática leve (diacereina); dislipenias leves (triglicéricos omega 3); y congestión nasal (simpaticomiméticos).  El listado lo publicó El Mundo, y es el aparecido en el BOE 
Lejos de plantearnos si es la mejor solución para los problemas de financiación del país, hay que ahorrar 7.000 millones de euros, cabe cuestionarse si esta medida ¿puede ser una herramienta útil para evitar, contener, el despilfarro en medicamentos o si puede perjudicar la adherencia a los tratamientos?
El copago puede influir en la decisión de utilizar los servicios sanitarios y en la adherencia a los tratamientos.  El riesgo del efecto contenedor del gasto, además, es abordar patologías, no de forma preventiva, sino en estadios avanzados que conlleven gastos asistenciales, a medio y largo plazo, mayores. ¿Cómo debería el Ministerio propiciar la prevención?  es lo que nos deberíamos plantear. ¿Cómo puede actuar la farmacia en este sentido? 
Todos sabemos que la adherencia al medicamento, seguir a raja tabla las indicaciones del médico y las tomas prescritas, es fundamental para prevenir los riesgos de las enfermedades crónicas. 
El tiempo nos dirá en España si hay o no un elevado número de pacientes que por falta de dinero para seguir el tratamiento han dejado de tomar su medicación correctamente o totalmente. Lo que sí podemos apuntar es que Diario Público informó el 29 de marzo de un estudio realizado en Estados Unidos en el que se revelaba que los “copagos influyen en qué niños reciben medicinas”. Concretamente en los pequeños que necesitaban medicamentos para el asma. El estudio tomó como muestra a 9000 niños y concluía que “las familias con más gastos renovaban menos recetas de los medicamentos para el control del asma en niños en edad escolar”, http://www.publico.es/427660/los-copagos-influyen-en-que-ninos-reciben-sus-medicinas-estudio-eeuu (FUENTE: Journal of the American Medical Association, online 27 de marzo del 2012).  
Desde la farmacia tocará hacer mucha pedagogía, informar muy bien al paciente, de los riesgos que para su salud tiene abandonar el tratamiento; qué función tienen los medicamentos prescritos, a pesar de que repercuta en su cartera. Sólo si el paciente comprende que es sumamente importante no abandonar la medicación, como comenta un artículo relativo al Sintrom, http://www.monitormedical.es/blog/2012/06/19/copago-farmaceutico-%C2%BFafectara-a-la-adherencia-al-tratamiento-con-sintrom/---------adherencia, se conseguirá ganar la batalla a la no adherencia. 
Aunque quizás una de las noticia más “curiosas” sea la de que la directora general de Farmacia, firma el catálogo gallego y ficha por Coca-Cola... volviendo a los orígenes, ya que la bebida más famosa de la historia, se inventó precisamente en una farmacia...  http://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2012/06/30/directora-general-farmacia-firma-catalogo-ficha-coca-cola/0003_201206H30P6995.htm 

jueves, 2 de diciembre de 2010

Copago sí pero...

Leo con atención este post publicado en la revista digital IM Farmacias... y pienso para mis adentros que siempre he estado a favor de controlar el gasto farmacéutico de un modo más notoio, sobretodo después del estudio publicado en la revista El farmacéutico sobre el análisis de medicamentos devueltos a un punto SIgre. El nuestro. Verguenza ajena siento cuando te devuelven 3 cajas enteras de Spiriva, o cuando el médico le ha cambiado el Norvas por el Astudal o vicereversa y te viene devolviendo 4 cajas de uno de ellos, porque el médico se lo ha cambiado. ¿Dónde está el sentido común Señores y Señoras?

En el debate celebrado recientemente sobre “Copago: ¿una opción válida para el sistema nacional de salud?” organizado por semFYC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria) y ANIS (Asociación Nacional de Informadores de la Salud), elColegio de Médicos de Madrid (ICOMEM) ha mostrado su desacuerdo con la aplicación del copago en el sistema sanitario. Concretamente, su implantación con carácter disuasorio ante el presunto uso excesivo de los servicios sanitarios por su gratuidad, podría tener un efecto adverso que se materializa en un diagnóstico tardío de las enfermedades, con el consecuente deterioro de la salud pública así como un aumento del gasto sanitario. Esta situación se agrava especialmente en el caso de tres grupos poblacionales: enfermos crónicos, pensionistas y jubilados que son quienes más acuden a las consultas, más ingresos hospitalarios necesitan y quienes más fármacos consumen. Así, por ejemplo, el 80% de los ancianos son portadores de al menos una enfermedad crónica y el 45% de más de una. Además, solo en farmacia el gasto producido por los mayores se eleva al 77,4% del total. Ante esto, el Dr. Ángel Oso, vocal de médicos jubilados del Colegio de Médicos de Madrid comentó que “la implantación del copago como medida recaudatoria supondría que la mayor parte de dicha recaudación dependiese de los enfermos crónicos, pensionistas y jubilados, una situación socialmente injusta, si tenemos en cuenta que en líneas generales, son quienes presentan las rentas más bajas”.

Estoy de acuerdo con lo que alegan desde Madrid, ¿porqué las rentas más bajas son siempre las más afectadas? Este problema social siempre estará allí, pero el problema que hay que atacar es el de concienciar a la población sobre el uso adecuado de los medicamentos y de retirar la medicación sólo cuando sea necesaria. ¿Verdad que a ese segmento de la población cuando le sube la luz les afecta y se quejan? ¿Porqué entonces retiran medicamentos que no saben si van a necesitar? ¿Comodidad, Egoísmo?
Hay que educar a la juventud de ahora sobre lo malo que es el exceso. La abundancia, el abuso de la gratuidad y el eso no lo pago yo. Señores, eso lo pagamos todos con nuestros impuestos, lo paga él, lo paga Ud. lo pago yo, por tanto, es mi deber como profesional sanitario, informarle.

¿Porqué no les duele gastarse 3 euros por un café y una pasta y les molesta pagar 3 euros de un gelocatil?

Es el sistema de pensiones actual, fiable, ¿va a durar para siempre? Es entonces ahora el momento de darnos cuenta de que esto no está bien, que debe encauzarse el río y si es necesario cambiar el paradigma de nuestra manera de entender las cosas, pues cambiémosla.
Más prevención, menos cultura de medicamento y más pagar por adelantado y luego lo vamos viendo. Ya verían como los dolores de cabeza ya no son tan dolorosos y el colesterol, disminuyendo la ingesta de grasas hidrogenadas, disminuye también.

Ánimos, que no queda casi nada.

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