Hace unos años que venimos leyendo sobre el neuromárketing y
recientemente he leído el libro de Néstor Braidot que habla sobre éste tema y
sobre cómo los clientes “compran otro producto cuando dicen que les gusta más
el tuyo”. En una serie de posts, comentaré sobre distintos aspectos que he
aprendido y que son aplicables a la farmacia.
Pero antes que nada hay que (brevemente) hablar de la
estructura del cerebro para comprenderlo.
En fisiología aprendimos sobre la estructura cerebral, el
cerebro derecho y el izquierdo, el cuerpo calloso, el hipotálamo, el córtex cerebral,…. Aquí
nos centraremos en dos aspectos:
1.
Cerebro
triuno, a lo largo de la evolución se han superpuesto progresivamente tres
niveles: cerebro reptiliano (instintivo, responsable de las emociones
primarias: hambre, deseo sexual, temperatura corporal), el sistema límbico, (el
de las emociones y sentimiento de pertenencia) y el córtex o cerebro pensante
dividido en los dos hemisferios conectados a través del cuerpo
calloso(responsable de los procesos de análisis y de las funciones cognitivas
más elevadas como el razonamiento abstracto y el lenguaje).
2.
Hemisferio
derecho/izquierdo. ¿Por qué es importante diferenciarlos?
El hemisferio derecho (cerebro derecho) controla
el lado izquierdo (¿os acordáis de las vías cruzadas?) procesa información
holística y lo utilizamos cuando sale el lado creativo que llevamos dentro.
El hemisferio izquierdo (cerebro izquierdo)
controla el lado derecho, procesa la información analítica, lógica, verbal,
razona y es realista. Seguro que conocéis personas con predominancia hacia uno
de estos lados, no?
A nivel publicitario se utiliza esta diferencia en muchos
aspectos. Si queremos promocionar un servicio o producto innovador en la
farmacia, será más fácil captar a los clientes a los que predomina el
hemisferio derecho ya que buscan novedades, que les sorprendan,… ¿cómo hacerlo?
A través de eslóganes y pósters originales en la farmacia. Uno mío que siempre
ha tenido mucho éxito ha sido: “Los
machoman también se cuidan” para promocionar la sección masculina de
productos cosméticos.
Los mensajes que destacan aspectos publicitarios emocionales,
capitalizan estas diferencias y neutralizan el lado analítico del cerebro (el que
te dice: ya tienes un bote de champú por acabar en el armario del baño, tienes
tres pintalabios empezados del mismo tono o el pelo está seco, pero esto lo
arregla mejor un corte de pelo que una mascarilla). Eslóganes de este tipo que
logran tocar la fibra (y que a mi siempre me han parecido brillantes) los
encontramos en el “Entra guapa, sal
preciosa” de perfumerías San Remo (donde por cierto, venden bastante
parafarmacia desde hace unos años) o el archiconocido “Porque yo lo valgo” de l’Oréal (en el que aprovechaba distintas
caras famosas para sus distintas gamas de productos y países).
En cuanto al precio si lo que quiere es “que no sea
percibido como caro”, se deben usar imágenes y conceptos que impacten en el
lado derecho susceptible a la amistad, belleza,amor, antes que en el lado
izquierdo que pueda decir (¡¿100 euros por un bote de perfume?!). Por esta
misma razón en las imágenes de marcas de perfume como por ejemplo Tommy
Hilfiger se priman imágenes de gente joven, reunida con amigos, pasando un buen
rato. ¡Funciona! ¿Y qué os parece Abercrombie and Fitch? Otro que tal.
Si por el contrario lo que pretendes es destacar un precio
barato, el texto y la imagen deben ser sencillas y claras y ayudarte de
letreros en los que primen colores que
se asocien a ofertas: amarillo o rojo.
Es
interesante cómo usando pequeñas técnicas y trucos el comportamento humano se
balancea hacia un lado u otro. ¿Creéis que en la farmacia se potencia este tipo
de márketing?¿Lo estáis desarrollando vosotros? ¿Cómo?
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