No suelo copiar el texto de otro autor, pero me ha parecido muy interesante el contenido y os lo pego entero. Perdóname D. Jesús López Hdez. Por cierto, este texto ha llegado a mi a través de las noticias de El Club de La Farmacia de Almirall.
La semana pasada asistí a una conferencia. El ponente se afanaba en desarrollar su discurso cuando una pregunta captó mi atención: "¿Cuánto tiempo se tarda en crear un equipo de trabajo?". La pregunta era directa y de calado. Las respuestas: "No es posible medir ese tiempo…", "en unos meses…". El ponente se limitaba a escuchar y a ir hinchando un globo. Cuando las respuestas fueron desviándose de la cuestión principal, con voz firme, volvió a preguntar: "¿Y cuánto tiempo se tarda en destruirlo?". Antes de que nadie reaccionara soltó el globo y mientras se deshinchaba sobre las cabezas de los asistentes añadió: "Esto".
Qué metáfora más elocuente para los que estamos inmersos en este escenario de trabajar con equipos. No se trata sólo de hinchar el globo, se trata de hacerlo de una manera eficaz, permanente y que permita que no haya fugas o estalle, sino que éste continúe inflado, firme y sólido. Necesitas fijar unos objetivos claros para todos los componentes del equipo. Defínelos para cada categoría (farmacéuticos, auxiliares…) y para sus funciones propias. Compártelos con los integrantes de la farmacia de manera que se transformen en nuestros objetivos. El objetivo de trabajar en grupo es integrar personas con diferentes niveles de conocimiento y experiencia para alcanzar un objetivo común. Es clave identificar qué habilidades profesionales y características personales debe tener cada integrante. Define un perfil ideal para cada posición y asegúrate de que los elegidos disfruten el trabajo en equipo y tengan espíritu de colaboración.
Tu misión es liderar y crear equipo y, para hacerlo, necesitas apoyarte en una estructura de trabajo que facilite la consecución de los objetivos. Crea esta estructura con tu equipo de manera que finalmente sea nuestra estructura. Establece como pilares básicos las funciones, turnos, concesiones… y aquellos elementos que faciliten el desarrollo del trabajo. Tu equipo necesita saber hacia dónde va. Puede que tú lo tengas claro, pero preocúpate de que todos lo entiendan. No des nada por entendido e informa detalladamente. Invierte todo el tiempo necesario y no te olvides de pedir la opinión de tu equipo. La mejor forma de analizar la evolución de un equipo reside en crear un entorno en el que todos puedan compartir ideas y, en la medida de lo posible, ponerlas en práctica. Si quieres tener un buen equipo delega, cede pequeñas parcelas de poder -caja, cierre, promociones…-, escucha sus ideas y deja que se responsabilicen de sus resultados. Trabaja para que no sólo identifiquen los problemas, sino que desarrollen y apliquen sus soluciones.
Recompensa públicamente los éxitos individuales y colectivos. Si la felicitación es individual, concéntrate en factores positivos que puedan ser tomados en cuenta y replicados por los otros integrantes. Si el éxito es grupal, precisa los puntos clave y menciona los detalles que se pueden mejorar. Reconoce actitudes y aptitudes, crea un espacio de trabajo positivo.
Es frecuente que los objetivos planteados cambien o se redefinan. Cuando esto pase, necesitas equipos flexibles formados por personas flexibles. Preocúpate de fomentar siempre un espíritu de cambio entre los integrantes. Saber modificar el rumbo es uno de los activos más preciados de un buen equipo de trabajo.
Espero que estas reflexiones os ayuden a mantener hinchado vuestro globo y plantearos que los motores de nuestros equipos son el compromiso de cada persona, su trabajo y su desarrollo personal y profesional.
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